1/07/2005

Sentado sobre una roca, pensando en mi arrogancia, me di cuenta de que el año pasado fue, hasta ahora, el mejor de mi vida:
-Nació mi sobrina Sofía.
-El club universidad nacional, alias los pumas ganaron un campeonato después de trece años.
-Los pumas ganaron otro campeonato.
-Marta, basada en un guion mío, ganó como mejor cortometraje en video en Guanajuato.
-Abrí, junto con unos amigos buenos diseñadores, gurú diseño ( t 56763479, también imprimimos)
-El título de diseñador está menos lejos.
-Fui juez en un concurso de cartel.
-Entré a estudiar lo que más me gusta, creación literaria, en la sogem.
-Me adherí a la mentada blogosfera.
-Por fin vi un Basquiat -la justificación a mi vicio adolescente-, fisicamente.
-Mis amigos siguen estimándome.
-Brenda, sobre todo, Brenda.

Ojalá este 2005 sea mejor.

En cuanto a libros -este año descrubí a muchos autores que antes simplemente ignoraba-, es difícil nombrar a uno favorito; tal vez Carver sea al que tenga más fresco y, por lo tanto, sea un agradable recuerdo; Pirandello me sorprendió como noelista con Uno, Ninguno y Cien Mil; y el cuento que más me impactó fue Bartleby de Hermann Melville. Ya en este momento, gracias a una generosa sugerencia, Mañana en la batalla, piensa en mí de Javier Marías -qué narrador- es la primera experiencia agradable del año.
De cine gringo, así como el año pasado Eternal Sunshine of a Spotless Mind, ahora espero Before Sunset de Richard Linklater. Y del otro resto de cine espero disfrutar todavía más que el año pasado -Las trillizas de Belleville, entre otras tantas-, mientras tanto por ahí se vislumbra 2046, de Wong Kar Wai.

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