1/12/2005

Para demostrar el buen funcionamiento de su incertidumbre, forzará el avance y el entramado y el fluir de su cotidianidad. Tendrá voluntad. Obtendrá concientemente el temido vicio de perseverar. Saldrá a encontrarse con infinitas opciones, enfrentará con miedo la inminencia de cuanta bifurcación, anunciada o no, se ize y arremeta contra su paso. Subirá escalones que se desvanecerán en cuanto su calma pierda memoria o, en insospechable cálculo, cada recuerdo inventado lo despoje de su goce por elegir, lo despoje de su confirmación, de su existencia. Se desvanecerán. Volverá a temerle al tiempo. Al principio, al progreso. Al ritmo, cualquiera que sea, siempre enmarcado. Al fin.

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