8/21/2006

Hacía mucho tiempo que no era tan productivo en un fin de semana. Desde la noche del viernes hasta el domingo, bastantes conversaciones memorables, nuevo conocimiento, menos pendientes, muchos proyectos, reencuentros alegres y apariciones interesantes, es decir, un fin de semana chingón. Justo antes de escribir la primera palabra que lo narrara, a ese fin de semana, pienso: cómo ha cambiado este blog. Cómo ha mutado. Pero, antes de reflexionar en torno a ese descubirmiento, puesto que me importa el reflejo que proyecto, como a todos, quisiera aclarar algunas frases que se me han reclamado, tanto en persona como por este tipo de medios:

-El post anterior no fue un reclamo a quienes no recordaran mi cumpleaños. Nadie se preocupe, cada quien se ha ganado mi cariño por mejores razones.

-No soy machista. Quizá haya destellos, de tan brillante doctrina filosófica, en algunos de mis comentarios, no obstante, son producto de la sabia savia que escurre del sentido del humor.

-Soy sarcástico cuando digo que Oaxaca no está en México. Así como ocurrencias nos cuentan desde medio oriente, desde Oaxaca también, pero no alebrestan.

-Gran parte de mis amigos estudiaron en escuelas particulares; incluso yo, en alguna medida, me formé en escuela privada. La educación no son sólo los maestros que te enseñan, ni su sueldo, ni el auto en el que llegan. El problema de la educación en Oaxaca está en el entorno, en la cultura, quizá hasta en la naturaleza (antes de que alguien se altere, la frase anterior es una exageración). Así que, pienso, el verdadero problema rebasa al magisterio; y si alguna solución habrá, no será sólo reponer dos meses de clases, ni un año, es más, ni aunque todos volviérmos a cursar la primaria y secundaria. Y si no lo creen: escúchenme.

Ahora sí, decía que este blog ha cambiado mucho. Al principio era mi espacio para poemas ingenuos y rudos, tanto que no eran técnicos. Después se convirtió en un juego de redacción y estilo, e imágenes o conversaciones imaginarias. Más tarde, reflexiones en torno a mí, desde un punto de vista ficticio del ego. Y ahora, con suavidad, se ha coloreado autobiográfico, tanto, que mis opiniones ahora ya causan alboroto. Es comprensible, entonces, que de vez en cuando tenga que aclarar alguna mala interpretación, pues, así parece, ya es Andrei Elreal quien escribe, y como tal, debe asumir algunas responsabilidades.
Por el momento es todo, he posteado hoy sin ánimo de aburrir, aunque quizá lo he hecho. Y como me gustan los quizá, quizá regrese a la autoficción, o blog en clef, como gusten llamarlo, o quizá he entrado al pantano de la realidad, y ya sea difícil volver a respirar aire.

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