9/23/2005

Lucio es un amigo que quiere ser artista. Me lo encontré, fue coincidencia, en el centro de la ciudad mientras repartía jugo de naranja a personas que, según él, lo necesitaban; y sostenía una pancarta que en vez de ostentar un precio decía: La Vida es una Naranja.
---La vida es una Naranja---, me dijo.
---Entonces no meteré más mis manos al bolsillo, Lucio ---le dije---. No las guardaré.
---Además te ves mal y los gajos son para escupirse.
---¿Para escupirse, dices? ---dije.
---¿Por qué siempre reaccionas?
---Bueno, Lucio, creo tener cerebro, creo tener cerebro.
---Lo importante es el proceso ---dijo con ojos tiesos---, exprimir.
---. . .---callé.
---Los gajos son para escupirse. Bebe el jugo.
Me ofreció un vaso de su charola. Inmediatamente después se puso a gritar auxilio, auxilio, este hombre me roba. Pobre Lucio, pensaba yo mientras huía, siempre termina estridente. Bebí.

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