4/05/2006

Amanece, estiro los brazos. El sábado pasado me desperté temprano. No sé dónde comer ahora. Me alisté para el día, amanecí con ánimo. Antes de salir, claro, debo desayunar. Me senté ante la mesa del comedor. No hay nada en la alacena y no tengo refrigerador. Y todavía no tengo refrigerador. Bueno, a buscar un buen lugar dónde comer por acá. Salí, entonces, a caminar. Camino, me gusta caminar, me gusta la zona. Caminé, dejé la voluntad en los pasos. Recuerdo ahora. Pensé entonces. Antes todo era fácil, hasta la cruda de los sábados. El sol apretó mi cabeza. Qué calor, qué dolor, qué caliente tengo la cabeza. Sudé, subí a un microbús. Media hora de camino, es poco, es fácil. Fui hasta la colonia roma a curarme la cruda con chilaquiles. Qué rica salsa, qué buen aroma, qué de buenas me pone desayunar en sábado en la colonia roma. Tomé un microbús para desayunar. Me encanta esta colonia, la cuenta por favor. Media hora de camino en vez de conocer la nueva colonia. Quizá busque un libro en Álvaro Obregón. Pagué, salí del restaurante, caminé por Álvaro Obregón. Ya no podré hacer esto todos los sábados. Me puse cursi, nostálgico, encontré una banca. Es obvio, extraño todo esto, caminar por acá, extraño mis sábados, me extraño. Ya no entré a ninguna librería, contemplé la mañana, sudé la cruda sentado en esa banca, adornando el camellón. Extraño mi casa, es parte de mí, ahí, practicamente, forme mi personalidad. Después de un par de horas de pensar en el espacio, no en el contexto, como parte de la identidad, me fui a mi nuevo lugar. Mejor vuelvo a mi casa. Tomé un microbús de regreso. Uno nunca puede estar plenamanete satisfecho. Llegué y la vi más bella que nunca, y me sentí extrañado, y culpable. Debe haber buenos chilaquiles bastante más cerca de lo que imagino, mañana caminaré por aquí, por mi nueva casa. Y así lo hice.

2 comentarios:

paulette dijo...

ahora tendrás que empezar a formarte en esta nueva casa, como pasa siempre con cada pequeñísima decisión que tomamos. me encanta leerte, tan claro y sin emplastes. gracias por el empujón Andreyu.

Dekstller dijo...

la ultíma vez que me hiciste llorar fue cuando tenia 8 años, creo.
Es dificil, lo se.. y aunque paresca arrogante mi comentario. Esa misma sensacion tuve cuando llegue hace 8 años al apartamento al que ahora extrañas, sin nada... solo. Construimos algo muy grande ahi. Conocí a papá y te conocí a ti.