11/17/2005

A.-Hola.
B.-¿Qué tal?
A.-Qué bueno que te encuentro.
B.-No recuerdo haber estado en otro lugar.
A.-Bueno. Toma.
B.-¿Qué es esto?
A.-Una caja, ¿no la ves?
B.-Ahora que lo dices, la veo.
A.-¿No la vas a abrir?
B.-No
A.-…
B.-…
A.-…
B.-…
A.-¿Por qué nos hemos quedado callados?
B.-Estoy esperando tu reacción. Te he dicho no. ¿No te sientes transformado?
A.-No.
B.-Quizá no seamos más que una introducción.
A.-Ah, si te refieres a eso, yo me siento antecedente. O el final.
B.-Oh no. Ahora me he dado cuenta. Observa. ¿Ves?
A.-¿Qué?
B.-Somos la esquina inferior izquierda de un paisaje. Observa.
A.- ¿Somos parte de un paisaje?
B.- Es probable. ¿No crees?
A.-Fabuloso. El siglo diecinueve es mi favorito. Qué maravilla. Oh Dios, no me digas, quizá seamos una marina de Turner.
B.-No lo creo.
A.-Es cierto. Ahora que lo dices, mientras nos quedamos callados, me sentía en un paisaje de Sisley que vi en internet.
B.-Tu lo has dicho.
A.-Oh Dios; ¿somos un paisaje impresionista?, oh Dios. Fascinante.
B.-No. Tu lo has dicho: internet, ergo, somos parte de un paisaje de finales del siglo veinte.
A.-No.
B.-Sí. Por lógica.
A.-No. Por amor de Dios, no.
B.-…
A.-¿Sabes? Ahora sí me siento transformado.
B.-...
A.- No quiero ser un paisaje de finales del veinte, ¿qué valor tiene? Abre la caja, por amor de Dios, abre la caja.
B.-No.

1 comentario:

paulette dijo...

pero... ¿estamos o no estamos?