Mayo es querer dormir otros cinco minutos. Es beberte la quinta cerveza, es la llanta de refacción ponchada; es un hilo de baba a punto de llegar al suelo y un grito que pide silencio.
Mayo es la inminencia, la crisis: ya no es inicio, ya no es temprano, no hay pretextos, el año se agota, es irremediable, esperemos al próximo enero; ya casi es junio. Mayo es gritar de ansia o de angustia; también es un respiro optimista: ¡todavía hay un buen trecho!; y una carcajada caliente desde el ombligo: ¿en qué he desperdiciado mi tiempo?
Mayo es incendios forestales en el norte, seco; es inundaciones en el sur sanguinolento.
Mayo es de los trabajadores, de las madres, de nuestros queridos maestros; de mi difunta abuela, de mis padres: del día en que se conocieron: sin ese mayo de hace treinta años: no estarías aquí: no podrías leer esto.
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1 comentario:
Eiiii. Sin ese mayo hace más de treinta, yo tampoco habría leído esto.
Mayo es el mes de los concebidos en vacaciones.
IUUJUUUU!!!
(A qué mis padres tan cachondos y desocupados)
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