Sin ser cosmos,
ni filtrar el aliento en minúsculas rabietas.
Sin dormir entre ballenas,
mientras sueñas tiburones
devorando vida.
Sin amar olores dulces,
sin detestar serlo.
Ser transparente y
colgar de todas las orejas,
aprender a romper cristales para
pagar con vidrio
barato.
Tragar la propia saliva y
no poder escapar por los poros.
A pensar en ese ayer ausente
¡A devorar frutos
a escupir raíces!
Mañana es a cada rato
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